martes, 8 de marzo de 2011

El mundo me mira, y yo, ¿qué hago?. Me pongo a su merced. Me estupidizo, dejo de ser yo. Me deshago, y soy moldeada a su gusto. Y ya no me guío por mis preferencias ni mis capacidades. Sé que estoy congelada del tiempo, sólo obedeciendo, y aunque tengo conciencia de lo que hago no puedo salir de ahí. Mis deseos dejan de importar, y mi personalidad también. Porque me convierto en lo que quieren que sea, y no en lo que quiero ser.

La originalidad es una cualidad que se pierde cada vez más, y aunque no parezca importante es algo que define de verdad. Lo que uno es, lo que uno espera en la vida, los anhelos, los sueños, las ambiciones...sin ellas no vivis tu vida, no sos nada.

Hay momentos en los que no se quién soy, pero creo que es lógico estando en una etapa de transición como esta. Y si me pongo a pensar, tengo un conjunto de cosas, de cualidades que me definen como persona, que combinadas son sólo mías y arman a la Jaz que, hoy más que nunca, le hace frente a las cosas y toma el volante de su vida.

Costó, pero por fin entendí que los demás tienen que ser totalmente ajenos a uno, sin excepciones. Ni siquiera las personas que uno quiere tener cerca tienen derecho a cambiarte.

Hoy no voy a dejar de ser quien soy por nada del mundo. Y voy a pelear hasta más no poder por lo que quiero.

4 comentarios:

  1. Amén !
    aunque no lo creas me re ayudo lo qe escribiste!

    ResponderEliminar
  2. muy lindo y muy cierto.todos deberiamos hacer lo mismo, en mi caso soy una persona bastante influenciable y no esta bueno a veces.che hace cuanto que no pasaba por aca!

    ResponderEliminar
  3. me parece una actitud muy copada frente al mundo. Espero que día a día puedas lograr tu cometido.

    ResponderEliminar
  4. yo veo una complicación extra: "lo que uno quiere para la vida" es muy dificil de conocer. O, aun mas, creo que a veces, al mismo tiempo, se quiere una cosa y otra incompatibles entre sí; complicaciones de un mundo rico en sutilezas.

    ResponderEliminar