sábado, 23 de abril de 2011


La gran mayoría de las veces, por no decir siempre, soy muy autocrítica. Solía pensar que no estaba "mal", que era algo natural, pero con el tiempo nada me era suficiente. Siempre empujaba las cosas al límite, siempre buscaba dar lo imposible, exigirme en un %150 para que todo saliera tal cual yo queria. Y así empecé a darme la cabeza contra la pared; nada bastaba, nada alcanzaba, nunca era lo suficientemente buena y terminaba dandome por vencida ante esas cosas que no eran la réplica absoluta de los resultados que esperaba. Saltaba de pasatiempo en pasatiempo, los cuales me duraban (a lo sumo) un año cada uno, porque si algo no me salía, entonces yo no servía para eso. Y si no servía para eso, no me gustaba.
Yo sigo siendo autoexigente, en menor nivel, pero entendí que decir o pensar que uno no sirve para algo, es la mayor mentira que podemos decirnos a nosotros mismos. La clave está en cerrar el pico y concentrarse de verdad en lo que uno quiere. Mientras uno ame lo que hace, el resto no importa. Yo no nací sabiendo, ¿y ustedes?.

martes, 19 de abril de 2011

Que linda carrera elegí! No podría estar más feliz...

viernes, 8 de abril de 2011

Lo malo: No entré a la EMAD, la universidad de teatro en la cual me pasé los últimos dos meses haciendo el ingreso. Mucha expectativa, pero también muchas lágrimas y tristeza.

Lo bueno: Hoy entré a la USAL para cursar Arte Dramático. Y me encantan las materias, las optativas, conozco a alguien que ya está estudiando ahi...Y por sobre todas las cosas, ya no siento que estoy a la deriva.


Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana. Y todo pasa por algo.

domingo, 3 de abril de 2011

Hace un par de meses, alguien me preguntó por qué iba a estudiar actuación. Creo que para la mayoria de la gente es inevitable hacer esa pregunta, no se pueden contener; les resulta raro y alarmante que uno elija una carrera artistica. Hay planteos de todos los tipos: “ay nena, por que no elegis una carrera en serio? ¿Querés que me agarre un infarto vos, eh?” “Teatro, que lindo! Si, ¡obvio que te apoyamos! Ahora en serio, que vas a estudiar?” “Pero como…si existen un monton de carreras tan lindas…no queres estudiar algo como…no se,derecho, medicina?” ¡No, no, no, no quiero estudiar otra carrera!

Miren, no encontré algo que iguale lo que siento arriba de un escenario. No importa en donde sea, o el tamaño que tenga, para mi es la mejor sensación del universo. Voy a estudiar actuación porque el teatro transporta, atrapa, porque mediante él, uno le puede trasmitir miles de cosas a las personas. De repente, una persona que tuvo un mal día va al teatro y te ve y se rie, disfruta y se pone de buen humor. En el teatro podés crear y recrear emociones, e influís de tal manera en la gente que es casi magico. Porque a mi el escenario me enamora, al igual que la adrenalina de saber que en cualquier momento te podes equivocar y que jamás va a salir igual dos veces.

Si, claro que uno se pone nervioso antes de entrar a escena. Sentis que el corazon se te va a salir del pecho, temblas como una hoja, sentis las gotitas de transpiración en la frente, te haces pis encima, y tenes mariposas en la panza, y te olvidas la letra, y tenes ganas de salir corriendo, y saltar y gritar, y sabes que ahí afuera esta tu tia abuela que viajo horas y horas solo para verte a vos. Y de repente, ZAS, tenes los reflectores en la cara, y haces tu papel como si no hubiera pasado nada.

Yo quiero estudiar actuación porque el teatro es mi vida, mi lugar en el mundo, y porque me hace feliz. Creo que lo que dije fue muy convincente, porque desde que hablé con ella, esa persona toma clases de teatro, y me agradece cada vez que me ve.