sábado, 28 de noviembre de 2009

Me hizo sufrir como nadie lo habia hecho, me desesperaba y sentia un desamor de su parte que no entendia. Fueron mucho más las lágrimas de dolor que las sonrisas de alegría que tuve con él, y todas esas cosas que me dijo cuando nos dimos nuestro primer beso, todo ese amor que el decía que sentía por mi nunca lo expresó.
Pero, aún así, ¿se merecía que le hiciera lo que le hice?

miércoles, 25 de noviembre de 2009


¿Podré llegar? No lo sé. No creo. No puedo.
Tengo miedo, ¿y si del otro lado no está lo que quiero?
No puedo quedarme a pensar lo que podría haber sido.
Y me tengo que decidir ya...
Dudo, doy algunos pasos para atrás, y me volteo.
Pero no puedo ignorar mi problema, y me volteo de nuevo, dándole la espalda a lo conocido.
Camino hacia adelante. Y salto, ¿salto?
Al menos eso creí.

Pasión y deseo. Esa noche en la que te quise besar y vos no me dejaste. Y yo, con un cuchillo en mi corazón, arrastré mi cuerpo hacia la pista. Y bailé, como nunca antes, derramando lágrimas de sangre y sudor de desconsolación, baile desgarrándome.

Vos te fuiste.

Y desde ese entonces, se cuenta por el barrio que aquel que encuentre mi alma en la pista de baile y me la devuela, será mi dueño eterno.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Estoy más que harta de llorar, porque mientras yo lo hago a vos te importa poco y nada, y no te das una idea de cómo se siente eso...

lunes, 9 de noviembre de 2009

No me abandones


Estoy encerrada. Estoy atada, no puedo salir. La obscuridad y la humedad me llenan ya: no me gustan pero desde hace mucho tiempo son mi única compañía. A veces escucho sonidos distantes, escucho su voz. Aunque haya cambiado sé que es ella quien está del otro lado. Todavía la veo con sus dos colitas, su cara de preocupación y su "no no no, no la puedo dejar acá ma, ¡me va a extrañar!".
Qué felices fuimos...
Con mi llegada, a sus cuatro años, se distinguió claramente su don natural de madre. Me bañaba, me hacía dormir en su cama para que no pasara frío, me cambiaba de ropa cada día y si no me veía por muchos días me pedía perdón. Mi espacio estaba en esa casa, no necesitaba ni quería conocer otras cosas: no podía mejorar.
Con el tiempo, llegaron los viajes. La encontré con su mochila, preparando mi ropa con mucho cuidado para irnos. Ya era parte de ella, siempre lo fui, éramos inseparables. Claro,también tenía muchos otros como yo pero no era lo mismo: había algo especial en mí, había una conexión hermosa e inexplicable. Me dedicaba más tiempo a mí,sí, mucho más tiempo. Nos acostábamos en el pasto mirando el cielo y me abrazaba, a mí sola, estaba conmigo nada más. Nunca dejó que nadie me dañara, me cuidó siempre. Me daba de comer cosas especiales, preparadas con sus propias manos, me tenía paciencia, sí...
¡No, no, no, no estoy diseñada para llorar! Ella me quería, me daba lo mejor, estaba siempre conmigo. Me debe la vida, yo la escuché cuando nadie la escuchó y le enseñé, yo estaba ahí para ella todo el tiempo. ¡No! me prometió,ella...ella me lo prometió, todos la escucharon. "Nunca voy a abandonarte", me decía, "nunca voy a dejar de jugar con vos, ¡no voy a crecer!". Lo decía, y me abrazaba.
Era yo y nadie más, ¿¡qué pasó!?, ¿¡cuándo te decidiste a crecer!?.
¡Escuchame, soy yo! Soy yo....o espero seguir siéndolo, tu muñeca preferida.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Metamorfosis


¿Valió la pena? Que no podíamos seguir en ese lugar era lo único que sabía. Tener que soportar, a mi edad o a cualquier edad, lo que yo soporté es casi un logro, y digo "casi" porque no fue un logro,sino una desgracia.

Creo que aún los escucho gritando,discutiendo, arrastrándonos con ellos. Y yo, y yo haciéndome la fuerte como siempre, cubriendo y cuidando al único motivo por el cual me quedé. No tuve opción, si no lo cuidaba yo nadie lo haría y simplemente no podía dejarlo atrás. El resto de la familia había dejado de ayudarnos, y escondí mis ansias de volar para que entre él y yo sacáramos fuerzas de donde no las había.

Antes de pedir ese deseo mágico, yo había estudiado muy bien las cosas. Ésta era la única forma, y era perfecta. Pasaríamos a ser pequeños, sutiles, imperceptibles y muy veloces, y podríamos posarnos en donde quisiéramos. Podríamos ser libres, alejándonos cada vez más de nuestro pasado devastador, de ese lugar que se hacía llamar hogar pero era todo lo contrario.

Ahora vuela a mi lado,inseguro. Pero sabe que no bajaremos de nuevo a ese infierno,y eso le basta. Sus pequeñas alas se mueven junto con las mías como una dulce melodía. Mi hermano y yo todavía no caemos, pero sabemos una cosa: somos libres, y estamos juntos.

Si para llegar a mariposa debí ser primero un gusano, si para poder volar primero tuve que arrastrarme, doy gracias a lo vivido y a lo sufrido. Porque disfruto de ser cómplice del viento, aunque ese aliento dure sólo un día.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Sentada


Sentada, me juzgan.
Sentada, parada, corriendo o caminando, me juzgan.
Y yo lo soporto, como si estuviera bien. Lo soporto con la normalidad de las flores creciendo.
Aunque esté rodeada de gente, aunque tengo a centímetros de proximidad una piel que no me pertenece, estoy flotando en medio de un espacio vacío, en esta esfera invisible y protectora que desaparece cuando salgo de ese lugar.
Afuera, soy mil peces de colores que nadan y se desenvuelven en las aguas de la libertad, pero una vez que estoy adentro me convierto en un salmón cansado,que sucumbe ante la fuerza del agua, un salmón que ya no puede ni quiere nadar más.
Y me miran, de nuevo, con un asco entristecedor.
Me miran burlones, con pena, me miran como si este lugar en el que estoy sentada no me correspondiera en absoluto, como si no tuviera derechos.
Lo soporto con la normalidad de las flores, creciendo. ¿Creciendo cómo,por qué? Así no se puede crecer.
Y yo me pregunto, ¿qué pasará cuando esa pesadilla del adentro se traslade al afuera? ¿Qué pasara cuando me quede estancada siendo salmón?