viernes, 18 de marzo de 2011

Lo único que salia de mi boca eran aquellas palabras egoístas que tanto herían.

"Te lo ruego papá, comprende lo que te digo, todos estos detalles no habrían tenido importancia por si solos. Me deprimían únicamente por el hecho de que tu, el hombre que tan enormemente ha influido en mi vida, sin embargo, no observaba los mandamientos que imponía. Por ello, subdividí el mundo en tres partes. Una, en la cual vivía yo, la esclava, bajo las ordenes que solo habían sido inventadas para mi, y a las que yo, por otra parte, sin saber por qué, nunca más podía cumplir en forma satisfactoria. Luego un segundo mundo, infinitamente lejos del mio, en el cual vivías tu, ocupado en gobernar, emitir las ordenes y disgustarte a causa de su incumplimiento. Finalmente un tercer mundo, en el cual vivía el resto de la gente, feliz y sin ordenes ni obediencia."

Siempre me fue demasiado fácil echarle la culpa a los demás, no ver mi propio error, no escuchar a nadie. Siempre era más simple encerrarme en un mundo inventado y comprar mi propia realidad.
Pero esa ceguera no dura para siempre. Un día despertas, solo, vació, y allá a lo lejos ves todo lo que destruiste. Lo injusto que fuiste, desconsiderado, caprichoso, hiriente, desagradecido. Lo mucho que lastimaste a esa persona...
Pero lo peor, es cuando sabés que no hay vuelta atrás, que nunca más vas a poder abrazarlo, que nunca más va a estar parado frente a vos, que nunca escuchó más que quejas, que lo ultimo que vio fue ese ser despreciable ser que no eras vos.
Lo que yo hice es irreparable, y hoy, entre todas las cosas que me pasan, de lo que más me arrepiento es nunca haberte dicho una sola cosa.
Te amo Papá

1 comentario:

  1. Todo padre quiere que recibir estas palabras, mas temprano que tarde, y si llegan tan bien escritas mucho mejor!

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