sábado, 9 de octubre de 2010

Otoño


Sentí que nada tenía sentido, pero no me importó. ¿Por qué todos los caminos me llevaban hacia allí?. Hace rato que había aprendido a decodificar las señales, y sin embargo no lograba entenderlo. Como si hubiera un dejo de misterio rondando en el aire...Procuré no pensar. Lo preferí así, quizás porque creí que si actuaba por impulso y con la mayor irracionalidad posible, mi búsqueda tendría mejores resultados. Me dejé guiar, por primera vez, solo por mis deseos. Caminé solo cuando quise hacerlo, me quedé mirando el cielo y las copas de los árboles el tiempo que consideré necesario...Boca arriba, rocé con mis dedos las hermosas hojas secas del otoño, cerrando los ojos y respirando pureza. El viento me refrescaba la cara y,con su fría caricia, me hacía sentir viva.
No existía el tiempo, no había problemas. Sólo estaba yo....¿y quién era "yo"?. En aquel lugar, allá lejos, encontré la respuesta.

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