Pasión y deseo. Esa noche en la que te quise besar y vos no me dejaste. Y yo, con un cuchillo en mi corazón, arrastré mi cuerpo hacia la pista. Y bailé, como nunca antes, derramando lágrimas de sangre y sudor de desconsolación, baile desgarrándome.
Vos te fuiste.
Y desde ese entonces, se cuenta por el barrio que aquel que encuentre mi alma en la pista de baile y me la devuela, será mi dueño eterno.
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